sábado, 27 de agosto de 2011

El límite de la resistencia en la Batalla de la Angostura VI


Santa Anna ordenó sus tropas de la siguiente manera: a la derecha
(oriente) del camino, las divisiones de Lombardini y Pacheco.
En la extrema derecha, las tropas ligeras de Ampudia. Atrás de la
infantería, la artillería de Mora y Villamil y la del comandante
Antonio Corona. Más atrás, la caballería de Juvera. A la izquierda
de Santa Anna (al poniente), los húsares, y en el área posterior (al
sur), el parque general y la impedimenta.

Ese día era significativo en el patriotismo de los estadounidenses, 
pues se celebraba el aniversario del nacimiento de George Washing- 
ton, uno de sus mayores héroes. Hubo quienes además de sentirse 
enardecidos por tal conmemoración, explicaron después que el bello 
paisaje de La Angostura, las montañas, las barrancas y el cielo azul 
les motivaron a luchar con mayor entusiasmo. 

Los combates comenzaron cerca de las dos de la tarde, pero se 
desataron con mayor fuerza a partir de la cuatro. Santa Anna, al 
percatarse de lo difícil que era intentar un avance por el centro del 
camino, y observando que la parte oriental del campo –derecha 
mexicana, izquierda norteamericana– había sido descuidada por 
los extranjeros, envió una brigada de infantería al mando de Pedro 
Ampudia, para ganar una altura de la sierra. Al darse cuenta, 
Taylor envió a las fuerzas del coronel Marshall, los rifleros de 
Arkansas y de Indiana a proteger ese sitio. 

El tiroteo fue nutrido y la lucha duró de las cuatro de la tarde 
hasta el anochecer, momento en que los mexicanos lograron
obtener esa posición. Un clarín mexicano vibró al obtener esa ventaja. 
Durante la noche, los mexicanos causaron bajas al enemigo
deslizándose en la oscuridad y haciendo uso de sus bayonetas. 

Mientras se desarrolló la batalla, Webster tenía emplazados en 
Saltillo varios cañones en el fortín sobre el Ojo de Agua. En la ciu- 
dad se había colocado un cañón en el campanario de la parroquia 
y se habían abierto fosos en las esquinas de la Plaza de Armas, 
previniendo el eventual avance mexicano. 

En La Angostura, el día 23, a la seis de la mañana, poco antes 
de romper el alba, las fuerzas mexicanas hicieron un servicio re- 
ligioso, y en poco tiempo iniciaron furiosamente los combates en 
el extremo derecho de la línea mexicana. 


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