Al pernoctar en las rancherías o haciendas, los oficiales alcanzaban
a ubicarse amontonados en los cuartos de adobe de las viviendas,
juntando sus cuerpos para darse calor.
Las jornadas tenían que hacerse escalonadamente en las ranche-
rías del camino. Los primeros días causaron estragos el fuerte norte
y las ligeras lloviznas que no cesaban. A partir del 5 de febrero, el
clima cambió, para volverse insoportablemente caluroso. El día 11 se
desató de nuevo el frío y la lluvia; la nieve causó muchas bajas entre
las tropas que avanzaban a marchas forzadas. El 13 de febrero nevó
copiosamente en San Luis Potosí, como no se había visto en muchos
años atrás, lo que nos da una idea de lo riguroso de ese invierno.
Mientras las tropas mexicanas andaban por el desierto, el sol, oculto
desde el día 10, volvió a aparecer el día 14; pero los víveres que se
habían colocado en los puntos de tránsito, empezaron a escasear.
Taylor, quien comandaba toda la zona, al saber que Santa
Anna avanzaba de San Luis hacia Saltillo, cambió su cuartel de
Monterrey a Saltillo el 2 de febrero de 1847. A partir de diciembre
de 1846, los invasores construyeron el fortín en el extremo norte
de la Mesa de Arizpe, cerca del Ojo de Agua.
El coronel Balbontín afirma que para la alimentación de las
tropas mexicanas en campaña se proveían de lo que iban hallando
en el camino:
En la presente campaña las únicas provisiones que se reunieronen la Encarnación (hacienda ubicada a 40 kilómetros al sur deLa Angostura), además de las reses que ahí se mataron, fueronalgunos sacos de harina, poquísima galleta y una cuantas carretascargadas de piloncillo y aguardiente [...] Nuestro ejército no tienetrenes propios en los que conducir sus municiones, equipajes, etc.Cuando marcharon las tropas embargan mulas de carga o carrosde comercio de distintos portes y construcción.
Según testigos de la marcha, la columna de las tropas mexicanas
que iba camino a La Angostura, abarcaba cerca de 17 kilómetros
de longitud.
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